Gusanos de Nidaros

Representación digital de un Gusano de Nidaros
Estos anélidos mencionados en numerosas publicaciones de biología datadas en el S XIX son formas de vida nada superiores a las presentes en el reino protista. Según comentan crónicas como la de Edvard Francis Olm (How to catch a Nidaro´s Worm, 1821) estos particulares seres están compuestos de energía condensada, habitan en las vibraciones sónicas y son virtualmente imposibles de retener más que por milésimas de segundos. Se ha teorizado sobre la eventual inmortalidad de éstos pero tales afirmaciones son por demás fantasiosas (sabido es que ante la ausencia de datos empíricos se tiende a imaginar las explicaciones) ya que a duras penas su existencia es corroborable. Perseguidos por decenios, poseyeron una naturaleza que nos es tan ajena como incierta, se los señala como "ratones de laboratorio" de los primeros experimentos de Nikola Tesla (de hecho, Marc Seifer, biógrafo del científico, afirma que fue Tesla quien extinguió a los Gusanos, tras numerosas e imprudentes investigaciones desarrolladas con los mismos). A través del tiempo los seres humanos han creado diversas hipótesis sobre formas de vida carentes de sustento físico, engendros cuya esencia radicaba en la energía materializada, los Gusanos de Nidaros parecen haber formado parte de esa fauna quimérica y por demás compleja. Según las pocas referencias que existe de ellos, se sabe que cualquier forma de vida convencional llama su atención, no se los considera tímidos. Su apariencia es desconocida porque quienes se ha topado con ellos no sobreviven el tiempo suficiente para llegar a dar una descripción fina. Se los ha referenciado en varios colores, y se dice que tienen varios probóscides cortos y huecos, útiles para drenar los líquidos corporales de sus víctimas, y que excretan un pus de color verde.
Gusano de Nidaron, de Hans Andersen. 1824

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