Dialogo perdido

–Buenos días 
–Hola 
–¿Te hago un café? 
–Por favor 
–Un momento ¿Quién sos y qué hacés en mi casa?
–Vi la puerta cerrada y me dije ¿Por qué no forzarla?, y aquí me ando (pronombre y verbo pronunciados como uno)
- Oh, bien, era sólo curiosidad
- Está bien, lo entiendo
- ¿Cómo la vas llevando?
- Bien, no es fácil, pero vamos tirando
- ¿Vamos?
- Sí, ahora llegan las chicas, somos 1928... trabajamos juntas
- ¡Qué bien! (exaltado) ¿Y a qué se dedican?
- Somos putas irónicas
- Genial, ¿y qué viene a ser?
- Ah, les pagamos a hombres para que no nos cojan ni nos hagan chanchadas...
- Excelente, cómo habría que hacer para contar con tus servicios
- Ahora no, estoy fuera de horario laboral, pero después me pasas tu número telefónico y me llamás y desarreglamos la cuestión
- Bien
- ¿Y qué hay con vos, a qué te dedicás?
- Yo soy bajador de quinielas
- Ah, de los que pagan...
- Claro, venís vos, por ejemplo, te doy unos pocos pesos y te asigno un número para el sorteo
- Y si sale sorteado me fundís...
(Risas)
(Risas grotescas)
(Lloran de risa)
(Se derraman el café)
(Recuerdan un pasado doloroso y pasan de llorar de alegría a llorar de dolor)
(Corte abrupto de la risa)
- En realidad, depende de cuanto dinero te pague por el número inicial, pero en general nos tendrías que pagar un premio grande, sí.

Comentarios

También podés leer