Mito de las navidades

Repasemos el mito navideño, un Sr obeso (porque sí, papá Noel es obeso) vestido con tapado rojo y blanco vuela de chimenea en chimenea tirando regalos por las mencionadas chimeneas. Regalos que terminarán debajo de los arbolitos de navidad, elementos de plástico que simulan un árbol lleno de colección de artilugios para maquillarlo. También, en el norte y no tanto por estas latitudes, parte entera del mito es colgar los medias con regalos dentro de ellos, al pie de la estufa.
El hecho de que el luego santificado (San) cura italiano llamado Nicola haya sido relacionado a la tradición, ha involucrado el mito navideño con la iglesia católica, eso y la obvia referencia a la fecha 25/12 con su consabida correspondencia bíblica.
También se ha involucrado el mito con la existencia la coca cola, no tanto por un tema de religiones sino porque coca cola parece haber comprado los derechos papanoelescos de difusión de imagen y su papá Noel es el más popular conocido por paliza. Eso y el detalle de los colores que al tener el rojo medio como que encajan en la coca cola.
Otra teoría menos difundida pero no menos creíble sobre el origen del mito habla de su relación para con drogas, más concretamente con hongos. Y en esta, como todos los años en este blog, me voy a detener, porque la considero la más infrecuente y rara.
El fúngico con el que se vincula la tradición es el hongo alucinógeno amanita muscaria, que vive en simbiosis con los pinos. El amanita muscaria no puede desarrollarse sin la cercanía de coníferas frías. Si usted Sr lector aburrido planta este hongo en Rocha por decir algo, el hongo crecerá aparentemente igual que en Finlandia o Noruega (donde un día en concreto festeja el crecimiento de estos hongos con té familiar)
Según La Rama Dorada (Frazer), los ciervos del lugar se ven especialmente afectados al ingerir este tipo de hongos, que forman parte normal de su dieta. Saltan... corren sin rumbo... chocan entre sí.
La amanita muscaria tiene un componente enteogeno (En-Teo-Geno: Que-Dios-Genera, saquen sus conclusiones) activo que genera alucinaciones, estados alterados de conciencia. Por eso este hongo por lo general se asocia a duendes y demás... el hongo es de colores blanco y rojo, como el honguito de Mario Bros, popular y "sano" videojuego infantil.
"Esto, junto con la percepción de chispas luminosas en nuestra visión (fosfenos) por la interpretación alterada de los estímulos recibidos en el nervio óptico, ha hecho que la tradición popular caracterizara a los “gnomos” como veloces y esquivos." (Extracto útil de Wikipedia)
Añadir a este extracto el detalle por si alguno no lo tiene en cuenta de que los mencionados fosfenos, son los que vemos cuando cerramos los puños y nos apretamos los ojos durante unos segundos, al abrirlos vemos "estrellitas blancas ", en el peor de los casos “cositas de cinco patas”, suficientes como para que en estado de confusión y poca irrigación mental uno las confunda con enanos.
La temporada del año para este ritual no es casual, puesto que el componente activo (llamado Musquimol) de esta seta venenosa es precisamente "útil" solamente a 5 grados bajo cero o menos aún. Cultivado a cualquier otra temperatura superior el hongo pierde "el pegue" o principio activo, como decíamos hoy en el ejemplo de Rocha. Es entonces que en un caso de esos el hongo se vería igual pero no pegaría, generaría una tremenda descompostura intestinal en lugar de fosfenos y demás alucinaciones visuales.

Un relato al que se afilian antropólogos (como el mencionado Frazer, que era Etnólogo en realidad) y viajeros es que los chamanes de las tribus, cuando aún el mundo no era lo que hoy conocemos, se dedicaban durante el solsticio de verano a llevar “regalos” a los demás integrantes de la comunidad, esos “regalos” eran hongos que, como ya mencionamos, crecen al pie de los pinos, porque viven de sus nutrientes como en el caso de la amanita muscaria, hongo en cuestión.
Repasemos: Tenemos el traje de papá Noel, rojo y blanco, mismos colores que el hongo.
Tenemos renos o ciervos, mencionados por Frazer, que comían sin parar estos hongos viéndose afectados por ellos. Incluso el antropólogo Adolfo Erman estudió en 1830 aproximadamente el comportamiento de dichos renos, detallando que tras la ingesta de este hongo los renos quedaban estupefactos y dóciles como para ser atrapados y usados como transporte, dado que respondían vivazmente cuando así se les solicitaba.
Sigamos: Tenemos regalos, regalos al pie del pino, tenemos el pino navideño entonces. Tenemos frío, tenemos diciembre...
Son muchas coincidencias... el mito de papá Noel según esta idea (que no es mía y no hace más que relacionar hechos concretos) se relaciona con el consumo de este tipo de enteogenos fuertes. Que en caso de ser ingeridos en exceso pueden llegar a producir lo que cualquier hongo: ceguera temporal, parálisis musculares o dipneas.
En un momento del post mencionamos las medias sobre la chimenea, pues no se podría tratar de otra cosa más que bolsas con hongos cerca de las hogueras a buen resguardo mientras estos secan para su consumo.
Yo realmente no le digo que sí ni que no a la teoría, ni tampoco estimo que este tipo de teoría sea algo relevante para la vida de nadie. Los niños seguirán esperando la navidad con mucha ilusión y difícilmente un padre le regalé hongos a sus hijos; pero está bueno captar este tipo de facetas de algo que hoy día no es más una celebración comercial y, a veces, religiosa.

Comentarios

También podés leer